1. Coloca a tu bebé en posición supina (boca arriba) sobre el cambiador y abre los botones de la parte inferior del body. Al menos durante los primeros meses de vida del bebé (aunque te aconsejamos que lo alargues lo más posible) es recomendable usar bodies y prendas que te permitan desnudar a tu pequeño aventurero únicamente de cintura para abajo.
2. Despega los cierres adhesivos del pañal y pliégalos para evitar que se peguen a la piel de tu pequeño. En el caso de que haya restos de heces en la piel, te recomendamos que hagas una primera limpia con la parte delantera del pañal ya usado. El movimiento de limpieza siempre de delante hacia atrás.
3. A continuación, cierra el pañal usado, de forma que puedas apoyar a tu bebé sobre la parte delantera exterior del mismo. Levanta sus piernas con suavidad agarrándolo por los pies y limpia la zona con toallitas húmedas o con un poco de agua tibia y una manopla suave. Como decíamos en el paso anterior, la limpieza debe ser siempre de delante hacia atrás. Esto es especialmente importante en el caso de las niñas, ya que limpiando de delante hacia atrás (es decir, del culete hacia la espalda) evitamos que las bacterias de las heces puedan provocar una infección en la vagina.
4. Durante este proceso de cambio no es extraño que los bebés se hagan pis. En el caso de las niñas, lo máximo que puede pasar es que manchen el cambiador. Los niños, sin embargo, pueden mearte literalmente encima, así que no está de más ponerles una toallita sobre el pene mientras les cambiamos el pañal para evitar ser víctimas de un “baño de pis”… :-P
5. Una vez bien limpia la zona, retiramos y cerramos el pañal usado.
6. A continuación, abrimos un pañal limpio y lo colocamos bajo el culito del bebé, levantando nuevamente sus piernas con delicadeza para ayudarnos a la hora de colocarlo. Antes de cerrarlo, es recomendable secar bien la piel de tu bebé con una toalla o una toallita seca, poniendo especial atención en los pliegues. También, ponerle la crema de pañal para evitar rojeces e irritaciones.
7. A la hora de cerrar el pañal, asegúrate de que la parte posterior, la que tiene los adhesivos, está bien colocada a la altura de su cintura. Cuando cierres los velcros, en el caso de los niños, intenta que su pene quede mirando hacia abajo, para que su orina vaya a la zona absorbente y no se salga por encima del pañal hacia el ombligo y la cintura. Ajusta el pañal con la firmeza suficiente para que no apriete ni quede suelto y haya escapes (¡Sabemos que al principio cuesta coger el punto, pero haznos caso, en cuestión de cuatro o cinco pañales lo habrás cogido!)… ¡Y listo!
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