Cuando parece que tras el nacimiento de nuestro bebé todo empieza a ser un mar en calma, pasadas las 2 o 3 primeras semanas de vida del bebé, aparece el famoso Cólico del lactante, que afecta a 1 de cada 5 bebés, independientemente de si toman leche materna o de fórmula, teta o biberón.
Es un dolor abdominal agudo y espasmódico que se da cuando los músculos que rodean un órgano se contraen involuntariamente. Ocasionando el llanto inconsolable del bebé siempre a la misma hora y con el mismo tiempo de duración. Desde las 10:00 pm hasta las 4:00 am, dependiendo de cada bebé, los llantos del bebé serán la banda sonora que acompañen el «descanso» familiar.
Gracias a Dios no hay mal que 100 años dure ni cuerpo que lo resista, y el tiempo de duración de este mal suele terminar entre los 4 y 6 meses.
¿Qué es el cólico del lactante?
El cólico del lactante es un malestar general difícil de definir. Algunas teorías sugieren que los cólicos pueden deberse a una indigestión, retención de gases o sensibilidad temporal en los intestinos, pero lo cierto es que se desconocen las causas reales de este trastorno y hay muy pocos datos que apoyen estas ideas.
Los bebés que tienen el cólico, pese a lo llamativo de este mal porque los bebés se retuercen literalmente cuando lo están sufriendo, deben de seguir alimentándose igual porque son bebés totalmente sanos.
Señales más características para que puedas identificar el cólico:
Llanto desesperado
Regurgitación
Aparente dolor en la barriga
Dificultades para calmarse
Hipo y/o tos
Consejos para aliviar el cólico:
Suaves masajes circulares en el vientre del bebé
Baños de agua tibia
Sostener al bebé sobre vuestro hombro
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