Cuando una mujer está disfrutando de su embarazo siempre tiene en su mente la fecha prevista de parto, esas siglas fpp con las que empiezas a familiarizarte desde las primeras visitas a matronas y ginecólogos. Esa fecha, que se calcula sumando 40 semanas a la fecha de tu última regla es en la que debería nacer el bebé. Ninguna madre se plantea tener a su hijo a las 32 semanas, pero puede pasar. Y el hecho es que, en España, pasa cada vez más. Según los últimos datos facilitados por la Asociación de Padres de Niños Prematuros (APREM), uno de cada 13 nacimientos son pre-término, una de las tasas más elevadas de la Unión Europea.
¿Cómo actuar si tienes un bebé prematuro?
Es quizá aquí donde una madre se siente más perdida. En primer lugar no te ha dado tiempo a asumirlo, a informarte, a leer… cuando de repente te encuentras con una situación acelerada y en un escenario completamente distinto al que te habías planteado. No puedes hacer con tu bebé todo lo que pensabas hacer, ni llevártelo a casa, ni darle el pecho al uso… Bueno, en este caso también dependerá del grado de prematuridad con el que haya nacido. Cuanto más pequeñín sea, más extremos serán los cuidados y las medidas. El contacto piel con piel será fundamental para tu bebé y para ti. Pasad el mayor tiempo que podáis, tú o el padre, con vuestro bebé apoyado en vuestro pecho, en contacto total con vosotros, dándole calor y la fuerza necesaria para seguir creciendo. Dilo en el hospital, pide que te dejen hacerlo, el vínculo madre-hijo es muy fuerte y poderoso.
Sabemos que es complicado y difícil. Si ya nos imaginábamos que tras 9 meses, nuestro bebé sería frágil y sensible pesando alrededor de los 3 kg, os imagináis lo frágiles que son si nacen con 1 o 2 kg de peso? Según la semana en la que haya nacido tendrá o no desarrollados algunas funciones, puede que no pueda incluso desempeñar algunas por sí solo y tenga que esperar la maduración total en una incubadora.
Cuando tu parto es prematuro, los bebés suelen tener algunos síntomas o características en común. Además del bajo peso al nacer, menos de los 2,5kg, pueden presentar alguno de estos rasgos:
– Piel muy fina, transparente, casi traslúcida, a través de la cual podemos ver sus venitas.
– El lanugo, ese vello que recubre su cuerpo en una etapa del embarazo, puede seguir presente.
– Todavía no son capaces de realizar la succión y la deglución por sí solos (no lo pueden hacer antes de la semana 34)
– La temperatura corporal es bastante baja
– y la frecuencia respiratoria es más elevada.
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