Una de las primeras preocupaciones de papás y mamás son las molestias y el dolor que causa la dentición en los bebés cuando a éstos les empiezan a «salir los dientes».
Los comúnmente llamados dientes de leche aparecen entre los cuatro y los siete meses de edad, aunque también puede darse casos de dentición tardía en los que no aparezcan hasta pasado el año y que, en principio, no suponen ningún problema ni requieren una atención especial.
La aparición de los primeros dientes es la causante de un proceso de inflamación de las encías que provoca que los peques sientan la necesidad de aliviar estas molestias mordiendo cualquier cosa que tienen a mano. De hecho, es muy habitual ver a pequeños de estas edades llevándose la mano, o el puño, a la boca en esta fase de aparición de los primeros dientes por lo que antes de que pueda llevarse a la boca algo que pueda tragarse o algún elemento que encuentre a su alrededor y que pueda resultar potencialmente peligroso, el uso de un mordedor homologado que le entretenga y le alivie el dolor es la mejor opción.
Mejor no hacer experimentos
Los más recomendables son los mordedores para bebés de gel ya que, además de no presentar esquinas ni bordes afilados, pueden enfriarse en la nevera y el frío actúa como analgésico natural.
Ni que decir tiene que deben estar elaborados con materiales no tóxicos, que debemos procurar que no tenga elementos que el bebé pueda tragarse (los que van colgados a su cuello son la mejor opción) y que para asegurarse de ello, lo mejor es comprarlos siempre en farmacias comprobando que estén homologados por las normas comunitarias.
Hace algunos años aparecieron en el mercado unos mordedores para bebés con vibración cuya publicidad aseguraba que estimulaban las encías reduciendo ostensiblemente las molestias que tienen los bebés durante el proceso de dentición.
Un bebé sonríe al cepillarle los dientes. Foto: alserdental.com
Ya en su día, el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones Infantiles de la Asociación Española de Pediatría emitió un comunicado en el que aseguraba que «se trata de mordedores para bebés como los habituales, con la característica diferencial de que al morderlos vibran y con ello se pretende estimular la circulación de las encías y aliviar el dolor del niño» para asegurar a continuación que «no existe ninguna publicación científica, que conozcamos, que demuestre las ventajas de este tipo de mordedores para bebés. Existen en cambio algunas informaciones, no demostradas en trabajos científicos, que hablan de que el nivel de vibración que producen podría lesionar el esqueleto, a nivel de cuello y columna, del pequeño».
Siendo así, no es extraño que desde el mismo Comité recomendasen no utilizar este tipo de mordedores ya que las ventajas no estaban demostradas y sí despertaba serias dudas sobre su posible peligrosidad.
Siendo así, y en el caso de tratarse de nuestros hijos, antes de dejarse llevar por posibles modas pasajeras o por simples productos de marketing, desde CIMEV consideramos que antes de adquirir y utilizar este tipo de novedades que ofrece el mercado, lo consultemos antes con nuestro médico o con nuestro dentista. En cualquier caso, siempre podremos aliviar las molestias de nuestros bebés frotando sus encías con el dedo, una gasa o cómodos dedales de silicona que por uno de sus lados tienen un delicado cepillo de dientes adecuado para sus primeros cepillados. Seguro que, además, agradecen nuestro contacto y nuestra atención.
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