Ruben Fuertes
Mi bebe bizquea, ¿cuando actuar?

Hay muchos bebés que en sus primeros meses bizquean, ¿a qué se debe?
Los recién nacidos pueden desviar uno o ambos ojos durante los primeros meses de vida sin que por ello exista un problema real. Es lo que se conoce como estrabismo funcional y es debido a que la coordinación de los movimientos oculares no está desarrollada por completo. Cumplidos los 4- 6 meses, el bebé puede fusionar las dos imágenes de un objeto obteniendo visión binocular, es decir visión en 3 dimensiones. A partir de este momento ya ha aprendido a utilizar ambos ojos de forma coordinada y deja de “bizquear”.
¿A partir de qué edad nos deberíamos preocupar y consultar con un especialista si nuestro bebé sigue desviando los ojos?
Si los padres observan que a una edad mayor de 4- 6 meses su bebé continúa desviando los ojos deberán acudir al oftalmólogo especialista para realizar una exploración completa y descartar la presencia de patología.
¿Qué problemas a la larga puede provoca que un niño desvíe los ojos?
En condiciones normales los ojos miran al mismo objeto y el cerebro es capaz de integrar las dos imágenes, una de cada ojo, para obtener una imagen única de características tridimensionales. Cuando un ojo se desvía, el cerebro recibe dos imágenes distintas, y en el caso del niño, anula la imagen del ojo desviado para evitar ver doble. Esto va a provocar que se interrumpa el desarrollo visual del ojo desviado, derivando en ambliopía, es decir, en un “ojo vago”. Si el problema no se diagnostica y trata a tiempo, el niño permanecerá con un déficit de visión en ese ojo el resto de su vida. Otra de las consecuencias del estrabismo es la pérdida de visión binocular, es decir de la capacidad de ver en 3D.
Si alguien en la familia ha tenido estrabismo, ¿mi hijo/a tiene más probabilidades de tenerlo?
Existen muchos tipos de estrabismo y aunque en la mayoría de los casos se desconoce la causa, sí que existen una serie de factores genéticos y ambientales (bajo peso al nacer, prematuridad, alcohol y tabaco durante el embarazo, defectos ópticos…etc) que estarían implicados en su desarrollo. Lo que sí sabemos es que el factor hereditario juega un papel importante. Diferentes estudios sugieren que un niño con antecedentes familiares de estrabismo tiene 4 veces más riesgo de desarrollarlo.
¿Es preocupante si u niño/a desvía los ojos cuando está cansado o tiene sueño?
A menudo el estrabismo se presenta de forma intermitente, siendo más frecuente en estados febriles, cansancio o momentos de desatención. En ese caso es importante llevar al niño al oftalmólogo especialista para llevar a cabo el diagnóstico y tratamiento antes de los 7-8 años de edad, momento en el que finaliza el proceso de aprendizaje visual.
¿Qué signos nos pueden indicar que algo no va bien con la vista de nuestros hijos?
Entre las principales manifestaciones que nos pueden poner en alerta de que puede existir un problema en la visión, destacan la visión borrosa, parpadeo constante, movimientos rítmicos de los ojos, cefalea y pesadez de párpados, picor y enrojecimiento ocular frecuente, que el niño se acerque mucho a los objetos o que sea incapaz de leer la pizarra, que incline la cabeza para fijar la vista o que tenga tenga tendencia a desviar o guiñar un ojo. Todos ellos constituyen signos y síntomas que deben alertar tanto a padres como a educadores y que deben ser motivo de acudir a la consulta del oftalmólogo.
¿A qué edad es conveniente comenzar a examinar la vista de los niños?¿Qué le hará el especialista oftalmólogo a mi hijo/a en la consulta para diagnosticar si padece estrabismo?
El desarrollo de la visión requiere de un largo aprendizaje que se inicia en el nacimiento y culmina a los 8-9 años de edad aproximadamente, siendo los 4 primeros los de mayor progresión. Cualquier causa que provoque una mala visión de uno o de los dos ojos durante esta etapa puede desembocar en un problema de ojo vago. Lo que no aprendemos a ver en la infancia no lo vamos a recuperar posteriormente en la edad adulta. Es por ello que resulta fundamental realizar oftalmológica completa por parte del especialista, a los 2-3 años de vida, a pesar de no presentar síntomas. Ningún niño es demasiado pequeño para hacer una revisión con el oftalmólogo infantil.
Una vez en consulta, el especialista, medirá la agudeza visual mediante diferentes test adaptados a la edad y colaboración de cada niño, determinará la existencia de defectos de refracción (hipermetropía, miopía y astigmatismo) mediante la instilación de unas gotas que dilatan la pupila (cicloplejia) y tras las cuales el niño verá borroso durante 24-48 horas, explorará el segmento anterior (córnea, cristalino) y posterior (retina) del ojo, para identificar anomalías estructurales, y evaluará la coordinación de los movimientos oculares para descartar la presencia de estrabismo, mediante sencillos test en los que el niño sólo deberá prestar atención a un objeto de fijación (cover test).
¿El estrabismo puede aparecer en cualquier momento y a cualquier edad?¿Se puede hacer algo para prevenirlo?
El estrabismo puede aparecer en cualquier momento. Puede ser congénito o muy precoz, apareciendo los primeros meses de vida, o más tardío, hacia los 3 o 4 años. En algunos casos, puede iniciarse en la edad adulta. El estrabismo no se puede prevenir, pero sí detectar de forma precoz. Es por ello que resulta fundamental, como hemos dicho anteriormente, realizar una exploración oftalmológica completa por parte del especialista a los 2-3 años de edad , y antes en caso de que existan antecedentes familiares de estrabismo o de otra patología ocular.
¿Qué tratamientos existen?
Para que sea eficaz, el tratamiento debe ser lo más precoz posible. En primer lugar deberemos corregir el error refractivo, si existe, mediante gafas o lentes de contacto. En algunos casos la corrección óptica por sí sola puede ser suficiente para compensar la desviación. En segundo lugar en los casos en los que se ha desarrollado “ojo vago”, deberemos recuperar la visión de ese ojo. Para ello, el método más eficaz consiste en la oclusión del “ojo sano” mediante un parche para forzar así el uso del “ojo vago”. Las posibilidades de recuperación de una ambliopía son altas si se trata antes de los 4 años. A partir de esta edad, el porcentaje disminuye, siendo prácticamente imposible a partir de los 9-10 años por lo que es vital el diagnóstico precoz. Una vez corregidos el defecto óptico y la ambliopía, si persiste la desviación, se procederá a tratamiento quirúrgico de la misma.